martes, 3 de febrero de 2015

Malena


En donde ya no esperás que suceda
En el deseo
En los cuadernos que escriben la belleza
En esa
En la impureza
Malena

En el desvío que desespereza
En la maleza
En el respiro pulmón recién nacido
En el suspiro
-Esto no sale de acá-
Malena
Bajo los adoquines
En el cordón que desata el desahogo
En el ahogo
En el aire viciado de la pieza
Respira
Malena

-Me exalto-
En la bocanada
más fuerte de su vida
En la mía
En el disparo al pecho que la abrace
En el balazo
En el flechazo
El mío
El de su madre
En el abrazo
Malena

En el ambo
La cofia
En el barbijo
En el entrar arrebatado a conocerla
En ese entre
Entre
-Lo dijo-
Malena
En el llanto
que se deja amanecer
acunando madrugadas sin dormir
En el bostezo
En el mirar
En el reír
De volver a vivir
una tarde a la mañana
Y así
En el así
Malena

En los ojos
que se taparon de lágrimas
secados con su boca
En la mirada glauca
de luces con más sombras
-grises-
En la derrota

En el abrigo
-Te digo-
Fue el destino
En el deber
Un desatino
Malena

En la victoria que narra el desconsuelo
En el suelo
En el consuelo
En el anzuelo
En el pasto tirados, tanto amor
En el corazón
no les entraba la succión de su regreso
En el olor
En eso
En el exceso
Malena

En la puerta
esperándola a Lorena
boqueando en el brillar de los espejos
En el pasillo
En lo dicho
En lo no dicho
En lo ya hecho
En lo no hecho
o
Malena

En lo soñado peor de lo que fue
-Mejor, mucho mejor-
¡Inmejorable!
En lo que fue
No ves. ¿Qué ves?
En el jardín
¡Maleena!

Malena como Malena
Malena como Lorena
¡Maleena!

Encaje de sílabas, de letras
Enjambre
De metonimia, otra vez esa
-¡Qué pesada!-
Cuanta reiteración
en el “En”
en el “Cuando”
En el “Qué”
Esperando a…
¡Maleena!

De susurros a mi oreja doblada en la de ella
-Espero me perdone por quedarme dormido-
En el parecerse
En el perfume
En el quejarse
Malena

-“Te cambio la vida”, dijo mi hermana- con zozobra
-Y que pensás que fue lo que quería-
Allí
En esa herida
Malena

Que algo de la vida cambiara
Que nos sumara otra vida
Que estaba grande la cama
Que sobraba la comida
Que nos ampliara la casa
La vista
La risa
La dicha

En la desdicha
Malena

Las posibilidades posibles
De no llorar a escondidas
Las tizas abandonadas
Las tizas que no escribían
Las acuarelas guardadas
para pintar alegrías

Malena llegó tan clara
Tan dulce
     Tan niña
Tan viva
Tan mujer
Desvergonzada
Tan esperada
Tan inesperada
Que me parece mentira

En el elástico
En la rayuela
En los dados
En los huevo fritos de mi abuela
En la mirada
En las canciones cantadas con mi hermana
En la guitarra
En refugiarnos en la cama marinera
En aquel patronato
En la sonrisa
En la sonrisa de:
¡Maleena!

Malena como barricada
Tan suspendida
Para iluminar el día
con su relámpago azul
Tal si lloviera

Era:
-No me digas que te lo dije
Para mí que se me escapó
Que no quería-

Bajo los adoquines no había
nada
si no insistías
Aros de sal en la almohada
Baba
La ropa recién planchada
Para salir a algún lado
Para salir a las corridas
Con el bolso en el ocaso
Para dormir por si acaso
como todos nos decían
Para encontrar una excusa
-Por verte tan Malena-
Para salir a la vida

En el ajedrez
al que extraño
En la bicicleta prestada
En los patines robados
En la pelota perdida
En el escate de plástico
que lastimó mis rodillas
En las charlas con Graciela
En las cartas con Susana
En las canciones con mi hermana
que es la misma que Graciela
Que la abrazó con más ganas
Ganas de ser una niña
Una niña que jugaba
en la vereda de casa
en el mar de Teresita
tocándole la guitarra
mirándola a su sobrina
cantándole amaneceres
A dúo
Con la armónica
(o era Luis)
Reía…
¡Mi negrita linda!
Malena

Decía:

En el río
En la delicadeza de sus dedos
En la araña de tela que le cuelga
En el viaje
En el drenaje
En la mochila con tul
haciendo mañas
En la maraña que la daña
En las mañas
Haciendo hipo
Llorando
Malena

Ay, que no se enteren los curas que nació
a ver si me la bautizan
ni la derecha
a ver si le hacen creer que el progreso individual nos salva de algo,
en vez de la ayuda mutua,
excepto la solidaridad que tienen cada tanto, rara vez
En esa vez
No está Malena

(Ni en la cana
que se le mete a los chicos en el cuarto
y los asusta
Con el ojo que todo lo controla
Ni en las botas)

Si no siempre (y hasta la victoria)
En el poniente sol
Descendiente en tobogán con escalón
En el calor
Malena

Si no nos desvivimos por ganar
Si no hay campeón
Si nunca hubo
Si no importa si no nos dan, lo conseguimos
Y si no sale, seguiremos
(hasta la victoria aunque no sea)

A ver si le dicen que tener ojos claros o ser delgada es más importante que la libertad, que la rareza
A ver si le vienen con certezas
En vez de una amalgama plural de formas
En la norma
No está Malena

 (Ni en los juegos de princesas
 Ni en la realeza
 Ni en el lujo)

Ahora es cuando
y no es ahora
Ahora vino en tiempo justo
y a deshora
Ahora desde antes
En el antes
A la vejez
Malena

Cuando un tren te lleva a todos lados
Y su ruido se parece a los latidos
Y el viento sacude un canto suave
-de pájaros-
Las hojas de memoria que se caen
En el espejo amor de una mirada
En un ojo de sonrisa destapada
En la de Checha
Malena

de llegar con el aliento de la baba
En las rodillas
En la de Cota
En la adoración de aquella silla
En el estaba
En las dos fotos que tenía
y que miraba
Malena

de que haya una bebita esperanzada
en su pieza cuando chica
entonces era…
En la de Luis
que la tocaba con ternura
y la besaba
En la hermosura
Malena

que para silbarle al oído
esperaba que se fueran
a otro lado
como kayak en la sombra
navegando
En la de Karin
Soñando
A lo Malena

llorando la ilusión de un pie descalzo
¡Que la alzo! ¡Que la alzo!
¡Que me aguanto! ¡Que me aguanto!
¡Que no me aguanto!
Que te agarro
Malena

En Johanna, apenas callada
tan paciente
En Diane,
contenida en la emoción
En el envión:
de Aki, de Laura, de Nerina
En el cartel de la puerta que decía
De sorpresa las “tres tías”
Malena

En Sebastián que vino a visitarla
y se salía de la vaina
por fijar su nacimiento
el mismo día
En ese día:
Joaquín, Lolita, Matías repetían:
“Malena, Malena”

 Mariano que se quedó esperando abajo
 En el relajo
 En otro Sebastián
 que defiende los derechos de la infancia
 a lo Cuattromo
En esas ansías
En la de Ruben
En el lomo
Malena

que gastó más de lo que tiene en un regalo
En un llamado
afectuoso de su madre
En el de Beto, augurando la musa que buscabas
desde el estero de Santiago
En tres de sus tres primos
por mi hermana:
En Fiona, en Bruno y en Santino
En nadie
En el aire
un barrilete
Malena

En Alba
que no sabe ni se entera
al borronear el amanecer de los cristales
En tales
En cuanto tales
En el dolor de panza
En el eructo
Malena

En Gina que ya le encontró colegio y todo
y se desvivía por llamarla antes de tiempo
En el tiempo
En el destiempo
¡Cinco años fue mucha espera, no!
¿Qué te parece?
Malena

En Zanaboni que la trajo más que nada
y la abraza a Lorena en la mirada
En Anoni bastante menos en la sala
En Dorita con su voz…
De tango a lo Malena

En tantos otros:
María, Norma, Gaby, el Cholo,
-Coco en el cuento-
la brasilera, su hija, Mabel
Martita que me gritó de enfrente
En Bánfield que es una esquina
En el laurel
Malena

En la de Larry y Erica desde Perú.
Abrazo a la Theri que en cambio sí,
sabía su nombre
En el nombre
En el renombre
El sobrenombre
Malena

En la Nena
En Albertito    
que cruzo la calle en avioncito Alberto,
y la llama en consecuencia la Albertina
y la esperaba el treinta y uno
que no pudo
En uno
En cada uno
Malena

En la tina
En la de al lado
El veintiséis al final dijo he llegado
-Era ella la que se los tenía que contar-
De diciembre
En el final
Malena

La familia de Marcela
que dicen que trajo el campeonato
y que por eso la hicieron
académica
En Giuseppino
En Beatriz
En Patán
En la médica
En la dieta
En la insulina
En el caminar chusmeando casas
de vecinas
Desde las ventanas por las noches
hacia adentro
En las dos
En Alejandro
En este cuento
En los dos obstetras
que tuvo
En los dos Adrián
En Adriana y Sergio
En nosotros dos
llorando al mismo tiempo
En Mauro
En Griselda Blanco
En el intento
Malena

 En mi papá como fantasma
 en la cocina
 Me pareció verlos
 -Vos decías
 que a la vez los dos se sonreían-
Pero no puede ser
En Nelly que no lo sabe todavía
y que después lo supo y se alegró
En Olivia que le prestó su primer ropa
En Osvaldo
En Lita
En el beso que nos dio el de la garita
En Hilda que quiso venir y fuimos nosotros
Días más tarde (nunca)
En nosotros
-Espero no olvidarme de ninguno-
En los otros
En tantos otros
Hasta en Nico, en Lumi, en Yuyo
En uno
En cada uno
Malena

En las del trabajo:
en Anita, en Pamela y en Daniela
en Paula, en Natalia y en Romina
En Irma y Etelvina
En Agustín
En Gustavo que no esperaba que llamara
En Rodri que espero le dedique un primer disco
En el disco que escuchaba de Mercedes
En Malena
Malena

En Yanela
a la distancia y en el nudo marinero
En Romina b. que se quedó con el saludo
En el deseo

En Romina a. que se conformaba
con la inicial única del nombre
De algún nombre
En nombre de las cosas que le envió:
Isabel, Jorgito a.
-Gracias. Muchas gracias-
Malena

En Cecilia y en su Juan del veintiséis
En Silvia
En Oscar y en Esther
En Irma y en Nené de los Milagros
En Milagros
En la oreja
Y en tantos otros que ni sé, que ni me acuerdo
Allí
En millones de susurros que salpican
En el recuerdo
Malena

Era:
Levantarnos a acunarla  por las noches
Maquillar el insomnio y la pereza
Prepararle la otra cama
en la mañana
en la destreza de cambiarla
Ponerle el huevito para el coche
(o el nidito)
Dormir, no dormir y el roce
-Un sobresalto-
de tanto hacer el mismo recorrido
De tanto ir y venir
ha sido
despeinarse por la brisa que adormece
Comer, limpiarse y enloquece
Subir y bajar de mano en mano
que embriaga un primer beso
en la mejilla
En el cuello su succión avisa
No mucho más y tanto más
A descansar
A qué modo
En el codo
Malena

Era:
El sueño más grande de mi vida
de una vida gitana en la mochila
La orilla de una noche con su luna
El mar de arena blanca en la valija
El Machu Pichu, Formosa y arrancar

Bolivia

El Chaltén, Torres del Paine en Chile
El Huechulaufquen al que volveremos algún día
Los Alerces

Era…
Viñales, una playa de Cuba, Venezuela
Mendoza,
la muralla China de la China
Praga, Puerto Madryn, Rusia
Ushuaia que nos quedó tan cerca
Chiapas
El norte de Brasil
San Marcos Sierra
En el Quilpo
sin vendaval que nos mueva de la carpa
y nos inunde
A dónde iremos
¿En carpa?,
en aviones, en hostels, en trineo
Malena

Era:
Reir y llorar al mismo tiempo
En un amor desconocido que aparece
En el saber
En el pensar
En educar
¡Que crece!
En el viajar
Hasta el infinito y más allá
Malena

En la caña de los pescadores que no pescan
En una tabla de ski acuático que encalla
En un caballo que salta hacia el vacío
En cocinar
En el vacío que me comería al mediodía
En un libro que he leído y no recuerdo
En levantarla con los brazos apretados
para no terminar jamás con el poema
-Ya está-
En esta gesta
de pañales guardados desde agosto
En el rostro
En el beso sonriendo en la mofleta
Seis ojos unidos que se abren
Entre las tetas
Malena

En la doblez de un pelo en remolinos
En las manitos que saca de la cuna
En los pies
En las fotos
En las dunas
En los aritos que no sabemos si ponerle
(y sin embargo le pusimos)
En los paraguas de oro japoneses
En los pantalones tan largos que le quedan
Ahí
En lo que sobra
En lo que queda
Malena

Es tanto lo que falta por hacer
Es tanto lo que hay en esta casa
que fue la de María en la vendimia
Los árboles en la vereda
desde niña
-¿En dónde empieza?
-¿Qué?
Lo de Vittorio
lijando la madera de Araucaria
En la tibieza
Lo que termina
Para que entre
El repelente
De un verde claro
De repente
Malena

Como no decirle que la amo
Como no pensar que se lo dije
Que la oculté siendo Marcos
Que la lloré siendo Norita
Que la deseé en el Parece
Que la temí en el Estaba
Que la nombre siete veces en Bolivia
Y la seguiremos nombrando
tal vez otra vez:
Vivi, Didi, Tai, Pipi, Triti, Duende
Griseldita
Male
Malenita
¡Malena!

Para resguardar su anonimato en el lenguaje
A quien le cuaje
En el desangre
de un parto con dolor
En la cesárea
Aquí
En el amor
Malena

(Desde los ojos incoloros que todavía no ven
En el cloro
En el apodo
En el asomo
Que miran al oído gritando: “Necesito”
Una voz que ni se escucha en la penumbra
Pariendo colibríes
en el silbido tenaz
de una noche silencia
-¿Quién necesita?, preguntó
¡Shhh!…., que se despierta la nena
-¿El padre o la hija?
-El padre-
Eso está claro)

Malena



-No sabés como quería que nacieras-

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