Los cambios culturales en Grecia, Roma, Edad Media,
Renacimiento, Romanticismo, se producían hasta el siglo XIX, en división de
periodos, teniendo en cuenta que consumían uno o varios siglos. A partir del
siglo XX, los acontecimientos fueron más cortos, conglomerándose estas
divisiones en décadas.
El siglo XX ha sido el siglo de las catástrofes y, el siglo
XXI parece mantener esa vocación para el desastre, salvando que en el siglo
anterior las tragedias eran colectivas y, en la actualidad, el cambio cultural
se plantea como una tragedia individualista, dando lugar a la narración en
primer plano, en primera persona, en lugar de la tercera, usada anteriormente.
A la literatura del siglo XXI se la conoce como “Remodernismo”, es decir, es la
superposición cultural de la cultura libresca con la cibercultura.
Este proyecto remodernista de la era digital, tiene como
característica destacada la ausencia de una crítica exterior a la obra. Hoy en
día, muchas obras literarias y/o artísticas, que son colocadas por una cadena
de factores entrelazados, legitimados por las redes sociales, entrevistas a
autores, presentación de libros, etc.
En el plano narrativo y poético contemporáneo, a principios
de este siglo, la tecnología se mezcla con el modo de relato y el discurso
digital, dando forma a la representación de los mismos a través de los medios
multimedia, con las variables de texto, sonido, imagen y videos interactivos.
Los escritores del siglo XXI construyen sus textos en otro
tipo de interiores. Ya no destacan el exterior (la calle, la política, lo
público) sino que cambia el escenario teniendo en cuenta las cosas que les
suceden a los narradores o a sus personajes (la habitación, la casa, el patio,
sus emociones). Es decir, que eligen el “YO” para enunciar sus relatos; como un
pasaje de lo público a lo privado, del exterior al interior.
Este rasgo vigoriza la escritura desde una posición
intimista de su obra; incluso, en la poesía, muchas veces pueden leerse como
“testimonios” que conllevan procesar situaciones vividas, alternando las
subjetividades con lo preciso de una situación que se intenta expresar.
Haciendo
historia: Siglo XX, en la
Argentina.
Antes de entender
por si solo el desarrollo de la literatura en el Siglo XXI, en la Argentina , hay que
comprender que causas fueron las que llevaron a distinguirse o separarse de la
visión mundial, señalando como una de las fuentes principales es poder separarse
de la literatura que provenía de Europa, con mayor precisión de Francia y hacer
lugar a los personajes autóctonos de los circundantes años 20 de la época
moderna.
En esa época, surge la polémica de aquella disputa denominada Grupo
Florida-Boedo. El Grupo Florida estaba compuesto por personajes de la élite económica, con base en
la calle Florida; mientras que el Grupo Boedo, ubicada en el sur de la Capital , sobre la calle
homónima, se proclama “anti vanguardista”, más ligados a los problemas sociales
y económicos de las clases trabajadoras, influidos por el modelo realista de
la literatura rusa, que
proclamaba Roberto Arlt, aunque éste se
mantuvo al margen del Grupo Boedo. La polémica Florida- Boedo, además de poseer carácter
económico, refleja modos diferentes de concebir la literatura y la escritura;
esto incluye las temáticas tratadas, el lenguaje utilizado, la función social
que cada grupo le asigna a la literatura y los modelos literarios a seguir.
Durante la era
modernista del Siglo XX, se destacan escritores como Leopoldo Lugones quien fue
el máximo exponente del modernismo argentino y una de las figuras más
influyentes de la literatura hispanoamericana. Tras algunos empleos menores,
llegó a la dirección de la Biblioteca Nacional de Maestros; obtuvo el Premio
Nacional de Literatura en 1926 y en 1928 fundó la Sociedad Argentina
de Escritores. Se destaco como poeta, quien luego de conocer a Rubén Darío
realizo un cambio de registro poético para adentrarse en la exaltación de su
gente y su tierra. Su apoyo al golpe de Estado de 1930, la posterior desilusión
que éste le produjo y quizás una profunda crisis sentimental lo llevaron a una
depresión que culminó en su suicidio.
La idea de esta
descripción es destacar que se inició como un firme partidario de la ideología
socialista, sin embargo, poco a poco, fue absorbiendo posturas más
conservadoras, inclinándose al pensamiento liberal, decididamente hacia la
derecha y acabó convertido en uno de los principales exponentes del fascismo
argentino. Años después, ya consagrado como una de las cabezas pensantes del
movimiento reaccionario austral, colaboró activamente con el golpe de estado
militar del general José Félix Uriburu.
Como narrador,
Lugones sobresalió principalmente por sus relatos fantásticos que pueden
considerarse precursores de los mejores relatos de algunos de los más grandes
cultivadores de este difícil género, como Horacio Quiroga, Jorge Luis Borges (uno de los
mayores admiradores de Lugones) y Julio Cortázar.
Como novelista tuvo
trabajos esplendidos como la “La guerra gaucha” que
fue objeto de una versión cinematográfica convirtiendose en uno de los
principales referentes del cine argentino de su tiempo.
También brilló en
su condición de ensayista, y conferencista sobre el Martín Fierro de José Hernández, constituyendo un
hito en la interpretación de la literatura gauchesca.
A la poesía suntuosa de Lugones, sigue la "sencillista", de
poetas como Baldomero Fernández Moreno y Evaristo Carriego.
También hay que destacar a Alfonsina Storni, por sus poesías con toque
feminista. De esta poeta puedo citar una frase del libro “Mundo de siete pozos”
donde en 1934, le dedico a su hijo Alejandro:
Gimen porque
nace el sol.
Gimen porque
muere el sol…
Todo está allí,
apretado en la cuenta,
donde, pájaro
quieto, aguarda.
En la década del
cuarenta aparece una nueva vanguardia de la mano de Juan-Jacobo Bajarlía, junto a Gyula
Kosice, Edgar
Bayley, Carmelo Arden Quin y Tomás Maldonado entre
otros. Al mismo tiempo, se afirma la figura de Borges, cuestionada por su
presunto «cosmopolitismo». Ernesto
Sabato publica su primera novela, El túnel, elogiada y
premiada en Europa. Leopoldo
Marechal publica varios libros de poesía.
Julio
Cortázar edita sus primeros cuentos en los años 1950, el primero de ellos por gestión de Borges, y se autoexilia en París.
El Boom latinoamericano fue un
movimiento literario surgido entre los años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de novelistas
latinoamericanos relativamente joven fue distribuido en todo el mundo,
preferencialmente en Europa. El
boom está más relacionado con los autores Gabriel García Márquez de Colombia, Julio
Cortázar de Argentina, Carlos Fuentes de México y Mario Vargas Llosa del Perú. Era un movimiento considerado "de vanguardia" por ser estos
escritores quienes desafiaron las convenciones establecidas de la literatura
hispánica. Su trabajo fue experimental y, como consecuencia del clima político
de Iberoamérica en la década de 1960, también muy político.
Aparece el
Centro Editor de América Latina que se convertirá en el centro intelectual de
muchos de los principales escritores y críticos literarios de Argentina,
abarcando a la generación de intelectuales provenientes de 1950 hasta 1980, permitiendo no sólo el desarrollo intelectual
de muchas generaciones de jóvenes que se iniciaban en la carrera académica,
sino que además fue clave para difundir la literatura argentina a los lugares
más recónditos del país, alternando entre clásicos como el Martín
Fierro de José Hernández y obras un
poco menos tradicionales.
Después de la
dictadura militar (1976-1983), se destacan nombres como los de Daniel
Moyano, Ricardo
Piglia, Manuel
Puig, entre otros. Muchos de estos autores habían
comenzado su actividad en los años anteriores a la dictadura; otros aparecen en
los ochenta y noventa para reanudar la discusión literaria. El tono de parodia
de algunos de ellos, la ironía, la fantasía, el realismo y la épica, la
gravedad o la liviandad, el minimalismo y la lírica intimista y feminista
indican las tendencias y tensiones del momento histórico.
Expresaba Manuel
Puig, en “Boquitas pintadas” en 1969:
En esa calle de Buenos Aires
los arboles crecían inclinados, tanto por el día como por la noche. Que inútil
humillación, era de noche, no había sol ¿Por qué inclinarse? ¿Habían olvidado
esos árboles toda dignidad y amor propio?
Durante el
gobierno de Carlos Saúl Menem (1989-1999), surgen nuevos grupos de autores, alrededor de núcleos de autogestión.
Se organizan lejos del circuito tradicional en galerías, y comienzan el uso de
centros culturales barriales y discotecas. Publican en editoriales pequeñas,
revistas independientes y en la Red. Se
destacan autores como Juan Desiderio, Washington Cucurto
y Daniel Durand. Después
del colapso económico y financiero de 2001 y 2002 aparecen e intensifican las actividades
auto gestionadas.
El Remodernismo
Como explicaba al inicio de este texto, el Remodernismo es
una fuerza heredada del siglo XX, operando bajo las formas del siglo XXI,
seguida por un grupo de artistas, críticos, escritores internautas, que
continúan leyendo textos de la modernidad imperante en el siglo XX.
En la segunda
mitad de la década de 2000, se consolida una nueva generación de
escritores, al mismo tiempo que surgen nuevas voces con escrituras más breves,
experimentales y publicadas algunas a través de Internet, en coincidencia con
la aparición del formato del blog. A este movimiento se lo denominó Nueva
Narrativa Argentina y comienza a tomar notoriedad pública a partir de 2005, con
la publicación de la antología La joven guardia, que significa
la primera publicación que conglomera una buena cantidad de nuevos autores y la
presentación en sociedad de una generación caracterizada por la autogestión y
la organización de lecturas públicas, reivindicando el rol de la literatura
como un acto colectivo, consagrándose nombres como Samanta
Schweblin, Mariana Enríquez, Patricio
Pron, Pedro
Mairal, entre muchos otros.
Para destacar la
diferencia marcada de esta época, como ser la escritura expresando el interior,
mostrando sentimientos que la embargan haciendo el texto con una propuesta de
intromisión personal, cito a Samanta Schweblin, donde en el 2002, en “El núcleo
del disturbio” describe:
No hay remedio que incentive
la alegría cuando todos se han rendido, cuando cada uno, borracho, recorre una
calle diferente, sintiendo que de los hombros cuelgan brazos pesados y de las
manos dedos cuyas puntas parecieran arrastrarse sobre el cemento áspero de una
ciudad que ninguno de ellos ha elegido.
Tras la crisis
de 2001 y la impronta nacionalista y populista del Kirchnerismo, esta nueva generación parece haber dejado atrás algunas de las temáticas
más marcadas de la literatura post dictadura, aunque todavía mantiene un hilo
vincular con la generación de los '90.
Con los cambios positivos económicos, surge
el mercado de editoriales pequeñas. El abaratamiento general de los costos
debido a los cambios tecnológicos y un cierto recambio generacional y de perfil
de editor dejando atrás el paradigma del editor como gerente de marketing, para
ocupar el rol de editor culto, arriesgado e inquieto. Con el armado de muy
buenos catálogos con un alto nivel de profesionalidad: libros bien hechos, bien
distribuidos, con mucha presencia en la prensa y las librerías e, incluso esas
pequeñas editoriales argentinas, comienzan a tener presencia en España y en el
resto de América Latina. Son beneficiados autores jóvenes, pero también los hay
consagrados.
Hacia el 2011,
la publicación “Los prisioneros de la
torre”, ensayo de Elsa
Drucaroff sobre la literatura argentina post
dictadura, significa la primera legitimación académica de los narradores
de La joven guardia y del movimiento literario que generó,
dando lugar a la existencia de una nueva generación: la "nueva
narrativa".
Esta "nueva
narrativa", se presenta como un movimiento colectivo y de participación
donde la influencia de la dictadura parece haberse reducido dando lugar a una
literatura con un compromiso político renovado; destacándose con fuerza temas
como la autobiografía, la influencia de los medios de comunicación, el uso de drogas,
el fuerte vínculo con las redes sociales, la adaptación a las nuevas
tecnologías y una mirada lúdica acerca de la realidad, dentro de un marco
crítico pero sin la desesperanza que teñía el espíritu de las generaciones
anteriores.
Entre los
autores más relevantes de la actualidad destacan nombres como Selva
Almada, Oliverio
Coelho, Gabriela Cabezón Cámara, María Moreno, Ariana
Harwicz, Federico
Falco, Fernanda García Lao, Luciano
Lamberti. La literatura del interior es tan antigua y
prolífica como la literatura de Buenos Aires, con la diferencia que los
escritores provincianos, por su acceso restringido a las grandes editoriales y
a los medios de comunicación masivos, son mucho menos conocidos que los
escritores metropolitanos como es el caso del santafesino Juan José Saer; María Gainza,
Ricardo Piglia, Samanta Schweblin, César
Aira, Juana Bignozzi y Rafael Spregelburd.
Dando testimonio propio de esta vuelta de
rosca de la ciber literatura, puedo citar grupos de escritores que se abren
camino divulgando su trabajo de la manera que se presente: invitaciones en las
redes de comunicación, paginas sociales, participando Festivales, antologías;
colectivos de escritores y bares literarios exponiendo sus obras entre colegas
independientes, participando activamente en Encuentros y Concursos tantos
nacionales como internacionales; auto editando sus propios libros. Uno de esos
grupos a la cabeza del escritor Juan Botana, Lidia Putterman, Liliana Fresco,
Gabriel Díaz, María Eloísa Arguello, Raúl Ezcurra, Pablo Funes y yo, Susana
Rebequi, entre otros, trabajamos para hacernos escuchar, y exhibir nuestra obra
a la valoración de nuestros pares y público en general.
Por ejemplo, en el Gran Buenos Aires, se
formo “Colectivo de Poetas” cuyo fundador es Juan Botana, vamos llevando la
nueva narrativa a aquellos lugares donde nos habiliten. Como este caso, existen
muchísimos más que se distribuyen a través de todo el país.
Les comparto un texto de este escritor del
sur del Gran Buenos Aires:
"Banfield es una
esquina, una historia de tantas. De amor y de engaño, de horror tal vez.
Desolada, triste, perdida. Que me cuesta contar. Porque hay historias que uno
lleva mordidas en la garganta y las lleva durante mucho tiempo, hasta que un
día siente que las debe escribir, aunque al hacerlo traicione el relato
prestado de los retazos de vida de muchos conocidos, aunque les cambie los
nombres".
Me
tomo el atrevimiento de colocar un texto propio, escrito en una tarde desolada
dentro de las cuatro paredes de mi hogar:
“Sola, en el comedor,
tomando mate frío, a media luz, con la tele de fondo y los pensamientos
volando; dando rienda suelta a no sé qué, pero recorren el espacio a puntillas, como para no
despertarme en este reposo de ansiedad que socavo despacio...” (Susana Rebequi)
Cerrando el tema, el Remodernismo no es más que reminiscencias culturales
del modernismo incorporado a la habilidad de proyección que posee el ciber
espacio y sus programas multimedia, para administrar las relaciones y la
difusión masiva de aquello que se quiera dar a conocer pero trabajando la
postura en primera persona, con demostraciones constantes de nuestro interior
más que de la coraza exterior que la ornamenta, teniendo en cuenta que hoy, el escritor, en el género en que se
mueva, debe generar la autosuficiencia
para buscar los nexos para hacerse conocer.
El rol de la
escritora argentina del Siglo XXI
Dentro del Siglo que estamos transitando, las mujeres han surgido mas
allá del ámbito domestico, buscando igualar su condición social en un ambiente
preparado solo para el sexo masculino.
De la mano de movimientos feministas, la mujer mostro la faceta
intelectual que posee, desmitificando el modo en que la familia, el Estado, las
religiones, los medios de comunicación siempre intentaron naturalizar la
jerarquía a favor del hombre, quitándole visibilidad al aporte femenino; aporte
que aun sigue pidiendo espacios en algunos sectores, como ser el cuidado
familiar, la sexualidad, la violencia de género, el empleo.
Estoy en condiciones de citar a la escritora Selva Almada. Ella en el
2012, cobra gran prestigio con su primer novela “El viento que arrasa” (obra
que fue traducida a varios idiomas), donde argumenta la sugerencia a los
silencios. También en “Chicas muertas” (crónica de no ficción), la autora
describe varios femicidios ocurridos en distintas provincias argentinas.
Almada en “El viento que arrasa” cita lo siguiente:
“…y esos
errores volvían de vez en cuando, la perseguían como una ligera y persistente
nubecita de moscas zumbonas...”
En el caso de Claudia Piñeiro en su novela policial “La viuda de los
jueves”, se atreve a hablar de la decadencia social que arrasa con los estilos
de vida en la actualidad. Se lo puede conceptualizar en uno de sus párrafos:
“…error de
muchos de mis vecinos fue creer que se podía vivir eternamente gastando tanto
como se ganaba…”
Dentro de las obras de la autora Luciana Peker quien, en su primer libro
“Soy Sabrina, soy Santiago” se especializa en género o, en “la revolución de
las mujeres” hace mención a la violencia de género y el “ni una menos”. En el
primer texto citado nos cuenta:
“…me dicen
SaSa porque no me siento ni Sabrina ni Santiago: no soy ni hombre ni mujer...”
Dentro de mi categoría, pudo auto citarme en el poema “Como él”, cuyo
relato es describir la posición de mi padre con respecto al rol de la mujer y
el trabajo, mitificando que por serlo, no todos los empleos estaban justificados.
Quería aprender lo que hacia él,
de la misma manera,
tan detallista y certero.
pero me dijo que no,
que no era trabajo para una mujer.
Muchas veces le pedí que me enseñara
a utilizar la dobladera, el telar, el cartón
y la tela que usaba para enlomar.
Me mando a estudiar.
dijo que no era tarea para mujer.
Yo quería ser como él.
y darle forma a esas hojas
que se fusionaban en libros.
hacer las tapas de cuero, dorar a la hoja,
curar las páginas rotas.
Pero no, no era trabajo para una mujer.
Simplemente lo miraba
encuadernar lo que fuera,
sea fascículo, tesis o agenda
y estudiaba sus movimientos
porque no me explicaba nada.
Yo quería ser como él.
Pero eso él, no lo deseaba.
y se fue sin enseñarme su arte.
Yo quería ser una artista
con las manos, como lo era él.
Pero Papá dijo que no;
no era trabajo para una mujer.
Por ende, todas estas situaciones aun signadas de conflictos, siguen
buscando conquistar su lugar, en un futuro inmediato, con carácter igualitario
a favor del sexo femenino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario