Todavía
no puede
atrapar
sus ojos
en
el espejo del cuarto,
ni
mirar los árboles
en
la tarde
todos
de una vez.
Todavía
no puede
lo
que tanto quería:
girar
dos trompos,
dormir
dormida,
quedarse
a upa,
besar
sus pies.
Como
trapecista de noche
golondrina
te caías,
como
los malabares
que
hacen los chicos
en
la esquina
de
dos en tres.
Pantalón
a rayas, bicicleta,
boina
alcancía,
saco
de lana tejida,
todavía.
¿Qué hacés?
Todavía
no puede
atrapar
sus ojos
en
el espejo del cuarto,
con
la bocina de un auto
en arco iris
vuelve
a caer.
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