DESDE EL SUR chileno se desnuda
tu cara en la montaña y en la topa, para llenarla de besos por las noches. Los
pájaros se perdieron en la altura, pero igual silban un canto suave y a lo
lejos, todavía. Las nubes se peinan con el viento que acarician tulipanes bajo
el sol. Juntos y frente a frente, la montaña y nosotros, no nos cansamos de
mirarnos.
¿Por qué se esconde entre las
nubes?, preguntó una turista. -como si hiciera falta explicarlo-. Por qué si se
mostrara todo el tiempo, nadie querría mirarla -pensamos-.
Pero no se lo dijimos. Por qué
si llego hasta acá, y no se había dado cuenta: ¿para qué?
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